domingo, 26 de diciembre de 2021

¡Alegría, alegría!


Hundir el dedo en el azucarero, sentarme en las rodillas del abuelo, marcar el gol de la victoria en el patio. Compartir pupitre con Carmencita y dibujarle un corazón de tiza. Pasear con papá bajo las luces navideñas de la calle Mayor, que me compre un cucurucho de castañas, pegar la nariz al escaparate de la juguetería y mirar el trenecito dando vueltas. Cerrar los ojos y desear muy fuerte haberme portado bien este año. Soplar la sopa para no quemarme. Comer rosquillas hasta que me duela la tripa. Ver a la abuela reírse con la boca llena de uvas. Que se derrame una copa y mamá diga: “¡Alegría, alegría!”. 

Aprender a conducir el coche de papá, llevar a Carmen al cine, pedirle un beso. Acordarme de golpe del azucarero y sonreír como un bobo. Que Carmen me llame bobo y me bese de nuevo. Cerrar los ojos muy fuerte y desear que me diga que sí. Hacer planes juntos y confiar en que todo irá bien. Que todo vaya bien. Imaginar que el niño se parecerá a mí. Que se parezca a ella. Ver a la abuela reír y llorar a un tiempo, y a madre repitiendo: “¡Alegría, alegría!”


Microrealto para ENTC.

Tema: Alegría y felicidad

Ilustración: Collage de Mª José Escudero


 

lunes, 27 de septiembre de 2021

De papel

 

Ni siquiera estoy seguro de haberlo matado. No recuerdo que hubiera sangre.
Tal vez solo lo haya imaginado…
Porque yo no soy violento, ¿saben?
Es solo que mi vecino me saca de mis casillas.
El tipo es de los que se hacen el simpático. Siempre saluda y aguanta la puerta al salir del ascensor, con esa sonrisa de satisfacción eterna que, inevitablemente, hace que me suba la tensión.
Si lo veo de lejos, procuro esquivarlo pero, a veces, abre la puerta justo cuando estoy en el descansillo y entonces no hay salvación. Es ver su semblante risueño y noto como me acaloro.
Cierro los puños. Aprieto la mandíbula.
El muy imbécil no se da cuenta, pero el reflejo capta la intención de mi mirada, el ceño huraño, la vena que se me va marcando en la sien, cada vez más hinchada, mientras contengo la respiración.
Cuando el ascensor se detiene, me mira y pregunta en tono afable: “¿No os molestaría el ruido anoche? Las paredes son de papel y Paloma es tan apasionada”.
Es entonces cuando le reviento la cabeza contra el espejo y contesto: “No, para nada”.
Aunque seguro que solo lo he imaginado. Igual que las otras veces.

Relato escrito para ENTC.

Tema de la convocatoria: "El enfado y la ira"

Imagen: acrílico sobre lienzo de Mª José Escudero.


martes, 3 de agosto de 2021

Verde de envidia

 


Mientras tomo el sol en el balcón, charlo con mi vecina. Ella me explica su vida (la de antes): viajes a lugares exóticos, amantes más exóticos todavía y aventuras, ¡muchas aventuras! Yo le cuento la mía (la de siempre): el llanto del peque, los deberes online del mayor… Mi vida no es emocionante, pero ella sonríe y dice que tengo una familia estupenda.
La envidio, pero es una envidia sana. Que el color de mi bronceado haya empezado a mudar hacia el verde no es preocupante. No se trata de un nuevo síntoma del dichoso virus. Solo es envidia.

Pero hace unas semanas descubrí que miente. Era la tercera vez que me contaba su viaje a Ceilán y, en lugar de ligarse al guía tostado por el sol, lo cambió por un rubio neerlandés que viajaba solo. Primero creí que era un lapsus, pero desde entonces la he pescado en tres mentiras y ya no me creo nada. 

He dejado de envidiarla y mi piel ha recuperado su palidez habitual. Ella, en cambio, sigue tomando el sol. Se asoma al balcón, estira el cuello como una tortuga y espía nuestra familia perfecta con su mirada esmeralda. 


Relato escrito para ENTC.
Tema de la convocatoria: La envidia y los celos.

jueves, 1 de abril de 2021

Recién horneado

 



Quinientos gramos de harina, dice vertiéndola sobre la mesa, treinta gramos de levadura fresca, trescientos mililitros de agua tibia, —y, cuando dice tibia, sumerge la punta del dedo índice y sonríe—. Los labios se le llenan de una pulpa carnosa, como de mango. Me esfuerzo en no mirarle la boca y en cerrar la mía. Hace calor aquí, con el horno encendido. Intento concentrarme en sus manos, que se hunden en la mezcla de harina y agua, removiendo, apretando y estirando, envolviendo, acariciando. Espolvorea un poco más de harina sobre la mesa y divide la masa en dos, en cuatro, en seis bolas. Las hace girar por parejas, una en cada mano, modelándolas a su antojo, ahora en un sentido, ahora en el contrario. Siento que me estoy mareando. Entonces me mira directamente a los ojos y pregunta: ¿quieres probar?

En el autobús de vuelta, mi compañero de asiento habla a gritos con la profesora, al otro lado del pasillo. El resto de alumnos ríen y se lanzan proyectiles de pan. No me apetece participar en su guerra —me parece infantil— y  me hago la dormida, con la bolsa de panecillos sobre el regazo, todavía caliente.


El tema de esta convocatoria de ENTC: "Pasión y deseo".

Relato seleccionado. 

La imagen es un dibujo en acrílico de Mª José Escudero.