viernes, 30 de diciembre de 2022

La llegada


 He vuelto por Navidad, con este micro
 nominado en ENTC: 200 palabras sobre
EL SILENCIO



No llegó de golpe, fue poco a poco. Tanto, que no nos dimos cuenta hasta que, una mañana, no se oyeron las cantarinas risas que nos habían acompañado desde siempre. Es ley de vida, dijeron.
Después todo se precipitó: faltó el petardeo de la moto del Enrique, la música a todo volumen de la furgoneta de reparto y los ritmos acompasados de los tacones en el paseo.


Un año, no hubo orquesta por fiestas y nos quedamos sin baile. Aún nos quedaban los órdagos y los chasquidos del marfil sobre la madera de las mesas, pero al poco, se apagó el silbido de la cafetera y con él también se terminaron las partidas.
Los que aún resistíamos nos consolábamos con frases de esperanza y algunas fotos a la espera del verano. Con el calor, volvían cual golondrinas y, al igual que ellas, inundaban las calles con sus trinos. Pero esas visitas, y también las golondrinas, se hicieron cada vez más escasas. Ley de vida.


El invierno pasado murió el Eulogio y llegó el silencio. Las esquilas de sus ovejas habían enmudecido dos años antes, cuando sus hijos dijeron que estaba mayor para andar por el monte. Era ley de vida.