Lo que daría porque, al levantarse, me
susurrase “desayuno”, “instituto” o “exámenes”;
que sus labios pronunciasen una esdrújula o que encadenaran una subordinada. No
hay manera: desde que cumplió catorce, sólo le he oído monosílabos. Nuestras
conversaciones han mutado en interrogatorios: yo pregunto y él asiente, o
niega. A veces, refuerza el mensaje con un gesto de la mano y ya no sé si está
contestándome o me está dando un “me gusta”.
Creo que está sufriendo una regresión: cada
día duerme más, come cada tres horas… Solo espero el momento en que pronuncie,
de nuevo, su primera palabra: mamá.
Este sábado, 10 de junio, el concurso "L'art d'escriure" del programa Wonderland de RNE4, ha escogido mi relato como ganador semanal.
Si queréis escuchar el fragmento del programa podéis hacerlo en este enlace
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