Luego cruzó el pasillo, bajó al sótano y mató
al prisionero sin darnos tiempo a reaccionar. Algunos corrieron escaleras abajo
para certificar con la vista lo que ya sabían de oídas. Una de las chicas
volvió a subir, descompuesta, y vomitó en la alfombra.
El resto, poco curiosos o muy cobardes, ni
nos movimos de la silla. En nuestro interior sabíamos que tarde o temprano uno
de nosotros ocuparía el lugar del prisionero y que ninguno de los que allí
estábamos se arriesgaría a correr hasta el sótano y gritar “por mí y por todos
mis compañeros”.
Mi participación en REC de esta semana. Frase de inicio "Luego cruzó el pasillo, bajó al sótano y mató al prisionero"
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