Primera carta
Extraña,
Anoche te miré y me pareciste distinta. Hemos cambiado
mucho en estos veinte años. Pero anoche no te reconocí. Me di la vuelta y seguí
durmiendo.
No estoy seguro de querer intentarlo de nuevo.
Abatido
Segunda carta
Rutina,
La indiferencia se sentó un día con nosotros en el sofá,
a la hora de tu serie favorita, y empezó a servir tazas de sarcasmo, solo, sin
azúcar.
Nunca me ha gustado ese café de estrella de cine que
haces con tu nueva cafetera eléctrica, ¡que lo sepas!, pero lo tomaba a gusto
por estar a tu lado, cuando la conversación era cálida y las tardes lluviosas.
Abúlico
Tercera carta
Amor,
Esta mañana amaneció el día y ya era primavera. Se olía
en el aire, no era sólo cosa de los grandes almacenes, y daban ganas de pasear por
el parque con alguien cogido de la mano. Por un momento pensé en ti, pero tu
mirada marcó la distancia y vi que no alcanzaría a tomarte de la mano.
Me entristecí.
Melancólico
Cuarta carta
¿Amor?,
Ya no tiene sentido esta palabra. Sigo amando tu recuerdo,
tu perfume. Nostalgia. Pero me estoy hundiendo en un cieno de desplantes, de
silencios, y cada vez que me miras me empujas aún más adentro.
Quisiera odiarte, sería más fácil. Si hubiera un tercero
habría esperanza. Pero estamos solos, tú y yo, y el vacío.
Derrotado
Quinta carta
Hace meses que te escribo, una tras otra, todas estas
cartas que atesoro en un cajón. No las he escondido mucho. Deseaba que las encontraras
casualmente y me ahorraras el trago de entregártelas y ver cómo tu semblante
iba mutando con su lectura. Pero no he tenido suerte. Ni valor.
Cobarde
Adiós
Cuando vuelvas de la compra ya no estaré y tú no te darás
cuenta. A la hora de comer te extrañará mi ausencia y sonará hostil el móvil.
No esperes respuesta, lo he dejado en la mesilla de noche junto a estas cartas.
Añoro aquella ternura, una palabra, el abrazo, ese suave
contacto de una mano. Pero no puedo seguir abrazado a un recuerdo, ni deseo
esperar a mutar en rencor esta tristeza. La crueldad de esta agonía se me hace
insoportable. Quiero ser feliz. Quiero que seas feliz.
Cargaré con la culpa si lo quieres, pues es el equipaje
de quien marcha; y me llevaré también el rencor, privilegio del que se queda, con
tal de que no anide en tu alma. No me importa la carga si las nubes no cubren
tu mirada.
Y buscaré un camino por el que no haya andado antes, me bañaré
en un río en el que no haya nadado, dejaré que el viento peine mi pelo de un
modo distinto. Hoy tomo posesión de mi vida, hoy comienzo.
Yo
Premio del XXII Certamen Literari de Cartes de Desamor Orvepard, modalidad lengua castellana. Podéis ver las fotos aquí y tambien en facebook.
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