sábado, 2 de abril de 2016

Criaturas sociales



El día que nací, nadie pareció prestarme demasiada atención. Mi madre no creyó necesario avisar a la partera ni molestar a mi padre —que dormía como un bendito —para alumbrar a su quinto hijo; apartó las sábanas y, con un par de empujones, me echó al mundo. Después se durmió.

No fue hasta oír el sonido vibrante del móvil que alargó la mano hasta la mesilla: el tuit “a este mundo venimos solos y si no que se lo digan a mi madre” era trending topic. Mamá me miró con ternura, me tomó en brazos y me marcó como favorito.

Relato ganador de la primera semana de abril, en Wonderland RNE4

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