Es que no tuviste
bastante con uno.
Ni con dos.
Así que te comiste un
tercero.
Hubieras preferido no
hacerlo, cuatro, pero te faltó voluntad, cinco y seis. El séptimo aún se
derretía en tu boca cuando ya hurgabas en busca del octavo. ¡No había marcha
atrás! Con gula, saboreaste a un tiempo el praliné, nueve, y la delicia de coco,
diez. El número once, de licor, te animó a desprenderte de la culpa y dejaste
que el último se lo comiera el perro.
Por la mañana, sus
huellas sobre la alfombra te exoneraban de toda culpa.
Segundo despojo para la primera semana del año en REC. La frase inicial: "Es que no tuviste bastante"
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