—En
mi vida anterior fui abogado —me confesó una noche que habíamos conseguido una
botella de whisky.
—Debías ser de los buenos, ¿eh?
—¿De los buenos? ¿es que hay abogados buenos? — y soltó
una carcajada divertido ante su propia broma.
—Bueno…, para reencarnarte en mendigo debiste ser un
capullo en tu vida anterior.
—¿Reencarnación? ¡Qué tontería! No, no…, me refería a
hace un tiempo. Aunque la verdad es que nunca perdí un caso —dijo mirando al
cielo como recordando mejores tiempos.
—¿Y entonces?
—Fue la luna.
—¿La luna?
—Sí, la luna. ¡La puta luna llena!
—No entiendo nada —dije apurando el último trago de whisky.
—Utilicé la luna llena como atenuante en un caso de
asesinato.
—¿Y…?
—¡Gané! Increíble ¿verdad? Yo nunca creí en esas tonterías,
pero el jurado se lo tragó.
—Pero, ¿cómo acabaste en la calle?
—Resultó que la historia de mi cliente era cierta: era un
hombre lobo —. Ahora fui yo el que estalló en carcajadas, aquel tipo era un
cabrón muy divertido.
—Es mucho más fácil camuflarse entre mendigos y borrachos,
nadie los echa en falta…
La luna empezaba su singladura a través del cielo, la más
grande y redonda que yo nunca había visto.
Mi granito de arena para ENTC. Tema del mes: "Bajo la luna llena". Ilustración de Juan Luis López.
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