Lo primero que oigo es un sonido sordo, como un trueno. Tras los cristales, el ruido de la lluvia parece la voz de mamá: un susurro suplicante, intentando calmarlo. Y papá cada vez más enfadado, hasta que su voz (aquella
voz ronca y masculina), ahoga la de ella por completo y retumba en toda la
casa. Un relámpago ilumina mi habitación como si fuera de día. Yo me escondo
bajo las mantas y cuento los segundos, tal como me ha enseñado mamá, para
comprobar si la tormenta se aleja.
Uno, dos…
El trueno ha sonado en la cocina.
Microrrelato escrito para Los viernes creativos.
Una historia inspirada en la última foto que hayas hecho con el móvil.
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