Aquí fuera está el mundo y,
tarde o temprano, tendrás que volver. Aquí están tus amigos y tu familia. No
deberías estar separado de tu familia. Sé que estás enfadado, que ya no quieres
ser mi amigo y por eso no me haces caso, pero mamá está muy triste y yo no puedo
hacer nada para consolarla.
Venimos a verte todos los
domingos, te traemos cosas, y tú… tú no haces nada, no dices nada, ni siquiera
juegas con el trompo que te regalé, aquel que tanto te gustaba. Y mamá llora.
Si regresas, ella sonreirá
de nuevo y ya no me mirará desde sus ojos nublados de duda. Le he dicho mil
veces que solo jugábamos, que tú quisiste probar primero, pero… creo que ya no
me quiere. Siempre fuiste su preferido, su niñito, su pequeño. Por eso, hoy he
venido solo; conozco el camino y no me dan miedo los muertos. Mira, he traído
la pistola de papá, como aquel día. Por favor, vuelve a casa. Mamá se va a
poner muy contenta.
Y yo… yo voy a ser su amado
hijo.
Mi granito de arena para ENTC. Se acerca noviembre, la luz mengua y nos disponemos a celebrar el día de difuntos, así que el tema de esta convocatoria no podía ser otro que "los epitafios".
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